A propósito de las lluvias de la semana (Algunas mas bien diluvios, como la del martes que le debe haber aguado la fiesta de final de puente a todo el mundo), se ha suscitado (y ya estoy hablando como comisario de la CP..CIPC... CCIIPP... Coño, la PTJ) en mi persona (vamos, y sigo...) esa rebeldía inherente en todo adolescente ( Aunque ya voy pa los 30 si un camión no me pisa en los proximos 4 años), o al menos eso diría mi aflijida madre. En su opinión (la de mi mamá) yo no puedo estar feliz sin estar en contra de todo el mundo.
O sea, que me meto a pastafarista, uso pantalones que se arrastran insalubremente por el suelo, muero de ira cuando me tengo que poner una corbata y pongo la barra de tareas de windows en la parte superior de la pantalla con la única razón de joder a los demás.
Nada mas lejos de la realidad. Mi interés y aprecio por la raza humana no me permitirían cambiar mi conducta de esa forma (básicamente porque no tengo el más mínimo aprecio por la raza humana en general... Para los creyentes que aún dicen que Guido es perfecto, ahi tienen la primera cagada que puso: Adán)
Los que me conocen algo sabrán que es mas un problema de practicidad. Soy eminentemente práctico rayando en lo insensible. No les voy a explicar ese punto porque creo que en algún momento lo hice y porque me voy a poner a dar vueltas despotricando de la corbata, perdiendo todo hilo argumental de este post. Punto.
Ajem, retomando el tema de las mañanas lluviosas:
Algunos me odiaron cuando lo confesé: Me parece excelente trabajar mientras afuera caen perros y gatos desde el cielo. Todo el mundo se queja de que eso lo que les da es sueño ( No es argumento, todo el mundo se está durmiendo en el trabajo asi llueva, caiga un meteorito o baje ET a saludar ). Pero a mi me gusta.Primero que nada detesto los días de oficina con calor. A mi me gusta el frío. Creo que en algunos años me iré a vivir a los Himalayas, o siendo mas realistas, a Mérida (la de Venezuela, soy pobre pues ). Me gusta trabajar con un sweter (herencia de tantas horas en el LDC). Mas aún cuando trabajo con computadoras y eso suele hacer que un cuarto cerrado y poco ventilado se convierta en un infierno.
En serio, me gusta. Me despierto de buen humor. El dia se me hace mas corto. La cosa es hasta relajante. Desde aqui estoy escuchando a mi madre (Que está en los Teques)
gritando eso de "es que a ti te gusta llevarle la contraria a todo el mundo!" otra vez. Pero no.
Si nos vamos a lo práctico (y de eso en mi cabeza hay mucho) les resumo la verdadera razón: Lejos de ser rebeldia, o simple comodidad, la razón por la que no me deprimo
en días de trabajo lluviosos es simple: Definitivamente si amanece con un sol tropical, brisa suave y cálida, rabos de nube blancos adornando un cielo que parece
pintado a mano con óleo azul purito, no te parece que seria mejor disfrutarlo en Sepe con un vaso de ron y limón en la mano y arena entre los dedos de los pies?
Simple. Los dias lluviosos no me deprimen a menos que esté en Choroní.
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